jueves, 4 de septiembre de 2014

“Puedo imitar  con la voz el sonido del candado ajustándose hasta la traba. Lo tengo grabado en mi mente y cada vez que suena me traslada emocionalmente al lugar más terrible y tenebroso. Nací con miedo de terminar por olvidarme de saber quién soy realmente, y a todo esto… ¿Quién soy realmente en esta vida? ¿Qué es lo que enmarca la ventana y que habrá más allá de ella, que al abrirla me hace temblar y contraer la piel con un simple soplido que se desliza por detrás de mí oreja? ¿Qué es ese secreto que me cuenta el afuera que me hace estremecer? María me contó a través de la puerta, hace poco más de dos días que se trata de algo llamado viento frío de invierno….”