“Puedo imitar con la voz el sonido del candado ajustándose
hasta la traba. Lo tengo grabado en mi mente y cada vez que suena me traslada
emocionalmente al lugar más terrible y tenebroso. Nací con miedo de terminar por
olvidarme de saber quién soy realmente, y a todo esto… ¿Quién soy realmente en
esta vida? ¿Qué es lo que enmarca la ventana y que habrá más allá de ella, que
al abrirla me hace temblar y contraer la piel con un simple soplido que se
desliza por detrás de mí oreja? ¿Qué es ese secreto que me cuenta el afuera que
me hace estremecer? María me contó a través de la puerta, hace poco más de dos días que se trata de
algo llamado viento frío de invierno….”