No es momento. No ahora.
No dejes que la ansiedad te coma los ojos.
Los papeles blancos simbolismo del festejo. Niña espectante a la llegada de una mujer de grandes dimensiones. El llano que no cesa. El abrazo incomodo que se siente en los cuerpos, y el cuerpo adulto rebalsado de maternidad que se acomoda para que ambos pechos encajen de manera perfecta de modo tal que las costillas de ambas empujen y compriman a gusto del corazón. El padre en la punta de la mesa mirando a un punto perdido en el infinito, con el aura resongando en voz baja pero aun perceptible.
La frase que calma: "Vas bien."
La frase que he buscado desesperadamente y que solo llega en mis sueños.
Las marcas que emergen son mucho mas simples.
Voy dibujando en la arena lineas entrecortadas con todo lo que arrastro que yace aferrado a mis pies.
Soy yo misma quien borra las lineas para crear nuevos comienzos.
Es mi piel, la mas próxima al piso, la que sabe.
Es la mente, quien repite.
Soy mi propio laberinto.