viernes, 26 de julio de 2013

Que tan tuyo crees que es el mundo?
A temprana edad, aproximadamente a los 25 años te estableces, formas la hipócrita vida perfecta que te venden en cada película de final feliz, sos capaz de devorar a las fieras mas indefensas con tal de acrecentar el monto que vas conservando día a día. Crees que no, pero al final si, el vicio te siega los ojos, y las sustancias te hacen perder el sabor.
¿Cuan a tus pies crees que tenes tu vida y la de los otros?
Un pedazo de papel te da la seguridad suficiente para pretender que los hombros de quienes supuestamente están a tu disposición lleguen a encontrarse en línea recta con tu cintura, hagan una hipotética reverencia y te lustren los zapatos con su propia saliva (sin dejar ni un rasguño, nada de utilizar telas baratas, el trapo tiene que ser siempre de lo mas refinado).
¿Hasta donde sos capaz de usar tu poder y cuanto lujo necesitas para estar completo?
Tu rostro lleva consigo una montura in desmontable, te empuja y hace ver siempre hacia el frente (como los caballos), que no se te escape mirar de reojo hacia tu izquierda o derecha, con lo único que te vas a chocar es con el cuero que te encierra en tu visión de 90 grados.
El látigo que te esta dando en la espalda te hace olvidar el hambre por el cuelgue de tu mente en los números, en tu amante y en el cigarrillo que hace mas de 2 horas no consumís.
Tantos juegos de ruletas, las mejores etiquetas adheridas en tus ropas, una casa con cada chiche innecesario, una vida recorriendo la misma habitación una y otra y otra vez, y al final de la partida irte de esta vida, de la misma forma que llegaste, con las manos vacías, la piel quebrajada por el paso del tiempo, completamente desnudo, y con un único trozo de cemento en tu conmemoración.