miércoles, 17 de enero de 2018




Altitud suspendida.
Voy abriéndome las ramas alejando la salida.
Estoy entrando, disparando, he subido la frecuencia de mis manos.
La energia, en sintonia, con los arboles que mecen
hojas de por vida. Y mientras caen
en otoño, los colores que transmutan desde un lugar a otro.
Mi espejo. Todo el no respeto me lo digo en el rebote
de tus labios que repiten los sonidos, los coyotes
que me pasan escondida de los putos monigotes.

Puta yo, calladita. Que se pasa agachadita con platita en la maleta. 
Y es que el brazo que golpea y atraviesa el espejo
ha tajeado mi pollera ante el odio que proyecto.

Puta yo, desnudista. Soy consciente de la mierda 
y la sigo consumiendo.
Puta yo, calladita. Me enseñaron a morirme para demostrar respeto.